Murciélagos por todas partes
Los quirópteros o murciélagos están distribuidos en la mayoría de las regiones del planeta, con excepción de algunas islas oceánicas muy aisladas y los polos o las zonas más frías de los hemisferios. Las regiones más habitadas por ellos son las tropicales y las templadas, pero conforman uno de los grupos de mamíferos más ampliamente distribuidos, con cerca de 1,240 especies alrededor del mundo.
La existencia de murciélagos se ha dividido típicamente en dos grandes grupos: aquellos del Viejo Mundo y los del Nuevo Mundo. Los primeros se localizan en países que pertenecen a Europa, Asia y África, en tanto los segundos son nativos del continente americano. Por otra parte, Australasia aloja también numerosas especies de quirópteros.
› En algunas islas oceánicas muy aisladas y en los polos o las zonas más frías de los hemisferios, no existe presencia de murciélagos.
Otra clasificación los divide en micromurciélagos (suborden Microchiroptera) y megamurciélagos (suborden Megachiroptera). Estos últimos únicamente se encuentran en los trópicos y en las zonas subtropicales del Viejo Mundo y están ausentes de América, así como en el noroeste de África y el suroeste de Australia. En contraste, es posible localizar a los miembros de Microchiroptera tanto en el Nuevo Mundo como en el Viejo Mundo.
Existen numerosas especies en las zonas cercanas al ecuador, precisamente porque los climas son tropicales o templados y por la abundancia de alimento que encuentran, ya sean insectos, pequeños animales, frutas, néctar, etcétera.
Claro está, existen tantas distribuciones específicas como especies. Algunos tipos de murciélagos son más numerosos que otros o su rango abarca varios países, como el caso del murciélago ribereño o ratonero ribereño (Myotis daubentonii) que se localiza desde Portugal, Irlanda y Noruega hasta Corea y Japón, a través de Europa y el norte asiático. En total, se le encuentra en más de 50 países del mundo. Un ejemplo de especie escasamente distribuida es el murciélago de nariz de cerdo de Kitti (Craseonycteris thonglongyai), una minúscula criatura que prospera en unas pocas cuevas de Tailandia y Birmania.
Unas 120 especies ocupan el norte de Sudamérica, y alrededor de 45 viven en Norteamérica. Existen cerca de 60 en la región central de África y otras 60 (aproximadamente) en Australia. Alrededor de 100 especies se localizan en el sureste asiático; 175 en Indonesia, 154 en Venezuela, 137 en México, 7 en Irlanda y 16 en Gran Bretaña. El número total de especies de murciélagos de Europa es de unas 30.
El resto de especies prospera en otras zonas y en algunas islas, pero aquellos que habitan estas por lo general no viven en otras partes, es decir, pueden ser endémicas. Nueva Zelanda y Madagascar son dos de las islas más grandes que contienen especies de murciélagos, pero Madagascar, más cercano a los trópicos, contiene unas 28 especies mientras que Nueva Zelanda únicamente alberga 2.
Hábitats de los murciélagos
Los quirópteros dominan varios hábitats del mundo, siempre y cuando provean alimentos, disponibilidad de un refugio o dormidero y tengan una temperatura adecuada a sus necesidades fisiológicas. Son más diversos en los bosques tropicales y templados, pero también habitan desiertos, campos abiertos, sabanas, praderas, matorrales, zonas montañosas, pantanos, chaparrales y sitios urbanos y suburbanos.
La ocupación de un hábitat depende de la especie, la época del año, la actividad específica y los requerimientos de supervivencia.
La mayoría usa cuevas, grietas, árboles, troncos y otros lugares huecos y húmedos para descansar e hibernar. Tampoco son raros en los resquicios de las casas humanas. Cabe mencionar que los refugios suelen cambiar en función de la estación o la época en que estén; un murciélago puede descansar o cuidar a su cría en una cueva húmeda durante el día y posarse en un árbol durante la noche o encontrarse cerca de los cuerpos de agua donde los insectos acuáticos son abundantes.
En las zonas templadas, los murciélagos acuden a las cuevas para dar a luz y cuidar a sus crías en verano y para hibernar en invierno. Pero las especies de los trópicos no suelen hibernar, por lo que las cuevas son utilizadas para otros propósitos como el descanso. La ocupación de un hábitat depende de la especie, la época del año, la actividad específica y los requerimientos de supervivencia.